Mi familia lo construyó entre 1860 y 1865, acogió el círculo náutico Canottieri Italia de Nápoles y las oficinas de la Capitanía de Puerto. Fue la residencia de un famoso sastre de Sorrento, quien solía fabricar trajes para los hombres más elegantes y refinados de la península.
Uno de los recuerdos indelebles de mi niñez es la emoción que sentía cuando mi abuela me llevaba por los pasillos del hotel de familia de Sorrento. Recuerdo el tintineo de las llaves atadas por un anillo de metal que ella apretaba en una mano, mientras en la otra sujetaba la mía. Aquel sonido representaba para mi él de un hechizo: esas llaves abrían las puertas de cada una de las habitaciones y desvelaban para mí un mundo de cuentos por el que mis pensamientos de niña volaban libres.
He estado buscando esa emoción durante toda mi vida y por fin he conseguido atraparla cuando, juntos con mis hermanos, decidimos reformar el edificio frente al puerto de Sorrento que nuestro padre nos había regalado.
La reforma empezó por las primeras cuatro habitaciones de la primera planta, en los años siguientes se renovaron por completo la segunda planta, la torre y la recepción. En el proceso de renovación salvaguardamos muchas de las características originales como los suelos de terracota de 1865, los azulejos de mayólica, un armario veneciano del Siglo XVIII y el “coccio pesto” de la calle de acceso.
He transmitido a mi hija Alice la misma pasión heredada de mi abuela. Ahora ella también trabaja conmigo y comparte el pacer de acoger a los huéspedes procedentes de cualquier parte del mundo.
Hoy en día Marina Piccola 73 es una joya de la arquitectura del Siglo XIX, cuyos elegantes interiores aparecen renovados con un diseño contemporáneo refinadamente mezclado con detalles vintage y antigüedades.
Roberta, Alice y todo el personal de Marina Piccola 73 están deseando darte la bienvenida y ofrecerte el trato de tus sueños.